La noticia en la prensa «generalista»: [ABC] Las imágenes reflejadas en los ojos de un fotografiado pueden recuperarse.
Luego está la fuente donde aparece el trabajo de Kerr Jenkins: [PLOS ONE] Identifiable Images of Bystanders Extracted from Corneal Reflections. Y la imaginación, el optimismo y/o la imprudencia del investigador se dispara afirmando que se puede recurrir a este sistema en casos de toma de rehenes o abusos sexuales infantiles para identificar a los autores a partir de los reflejos en los ojos de las fotografías de las víctimas.
Aquí el vídeo «promocional»:
Fuente del vídeo: Kerr Jenkins: [PLOS ONE] Identifiable Images of Bystanders Extracted from Corneal Reflections.
Antes de seguir adelante, vamos a adelantar unos cuantos conceptos teóricos sobre la identificación de personas a partir de fotografías.
«Reconocer» es la capacidad de nombrar indubitadamente (sin duda) a una persona que aparece en una imagen. Es decir, la persona de la imagen es conocida por el testigo (un amigo, un conocido o una persona famosa) y el testigo asocia la imagen a su conocido. Ejemplo: un guarda de seguridad está supervisando una cámara a la entrada de un edificio y reconoce a las personas que aparecen en pantalla («ése es Federico García, tercera planta, contabilidad»).
«Identificar», en este contexto, es la capacidad de determinar unívocamente la identidad de una persona desconocida que aparece en una imagen. Es decir, a partir de ese momento el observador podrá reconocer a esa persona en el futuro. Ejemplo: un guarda de seguridad está supervisando una cámara de la puerta de un centro comercial y es capaz de «quedarse con la cara» de una de las personas que aparecen en pantalla («no le conozco pero si le vuelvo a ver seguro que le reconozco»).
Habitualmente, cuando se montan sistemas de videovigilancia, se establece que para reconocer a una persona se necesita una imagen de la cara de 40×40 pixeles. Y para identificar a una persona sería necesaria una imagen de 90×90 pixeles.
Con este montaje consiguieron que en la pupila del sujeto fotografiado aparecieran refleajdos 5 rostros cuyo tamaño medio (en píxeles) era de 30×50. Estos ya son tamaños considerables.
Personalmente, creo que es imposible identificar a nadie con una imagen menor de 30×30. A partir de 50×50 se puede empezar a reconocer a la persona si su rostro nos resulta muy familiar y, por supuesto, la imagen es buena (frontal, con luz, etc.).
El estudio referido es demasiado optimista y, desde luego, sus resultados no se pueden aplicar a las imágenes de aficionados que se suben habitualmente a Internet (en redes sociales u otros servicios).
<Identificación mediante imágenes reflejadas en la pupila />